domingo, 30 de enero de 2011

El miedo y los sueños, motivo de exigencia.

Son cosas inexplicables de sentir, dificiles de demostrar. ¿Cuántas puertas dejamos abiertas, por lo que nos puede pasar?
Queremos a alguien, le hablamos, le necesitamos cada vez más y, una vez que lo tenemos cerca nuestra, nos entra la curiosidad y el nerviosismo. Esto hace que nos echemos para atrás, impidiendo que algo que surge, se vuelve a la misma posición. Y así, siempre es así, pero ¿qué más da si lo intentamos por última vez? De todos modos, lo has intentado, no tienes por qué tener miedo, ¿verdad? Porque si lo intentas, estarás orgullosa de tí misma. Por eso, según las personas, decimos que nos pasamos la vida esperando a que pase algo y lo único que pasa, es la vida.


Y son tambien los sueños, los que hacen que soñemos y consigamos algo, que es imaginario. Lo soñamos, una y otra vez, y lo que siempre ocurre, es lo siguiente: todo lo que sueñas, ya no lo vas a soñar otra vez. Pero, ¿y si se sueña otra vez, qué pasa? Puede que ese sueño se cumpla, como algunos que se cumplen... Pero, eso es algo difícil y inexplicable, como el temor al amor.

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