El corazón se acelera, tu sentido de la orientación impide que puedas ver más allá de tu propia realidad. Estás en un sueño, un pequeño sueño profundo y viajero. Te adentras más, hasta que ves a una persona de lejos, que se aproxima a ti. Ese cosquilleo en la barriga impide que podamos transmitir lo que realmente queremos ver y sentir hacia la otra persona. Su mirada es profunda y refleja seguridad, cariño y confianza. Cuando se ve más aproximado a ti, tú estás más nerviosa pero a la vez, feliz. Tienes miedo, y es el miedo lo que realmente impide que hagamos sentir aún más, nuestros momentos. El miedo a equivocarnos, a cometer errores, a hacernos daño a nosotros mismos o quizás, hacer daño a las personas de nuestro alrededor, eso es lo que hace que nos sintamos desprotegidos de nosotros mismos.
De repente, el chico que vistes, que se aproximaba a ti, ahora está a pequeños milímetros de ti. Tu mano es cogida por la suya y la lleva, sin ninguna preocupación, a su corazón. Notas como su corazón late, al mismo tiempo que el tuyo no reacciona, por el simple hecho de que estás ahí, con la persona que es, lo que nunca hubieras encontrado, la persona que nunca hubieras pensado que existiese. La otra mano, la tiene intacta, pero, poco a poco empieza a cogerte la tuya. Esta vez, vuestras manos están fuertemente agarradas, no se quiere separar de ti. Tú no le quitas la mirada, al igual que él. De pronto, ocurre algo. El corazón se va acelerando aún más, el pensamiento solo es el que recoge la información y los nervios, son lo que te impide que puedes ir más allá de la situación. Estás a un paso, de alcanzar esa meta tan inalcanzable que, algún día, nunca te hubieses propuesto que pudieras llegar a esto. Cierras los ojos, poco a poco. Él aún sigue agarrándote la mano y tú lo notas. Notas como se aproxima cada vez más a tus labios. Pero, ocurre algo extraño y raro. Abres los ojos y, no encuentras rastro de él. Miras a todos los lados y nada, ninguna huella. Quizás puedas pensar que todo esto haya sido producto de tu imaginación... Quizás, todo lo que has vivido en solamente, cinco minutos, haya sido un sueño. Esto, es lo que realmente te hubiera gustado ver y lo has visto, pero ¿qué pasa? Pasa que todo esto, todo lo que has notado, no lo has vivido en la realidad, sino... Todo lo has vivido en un sueño, que suplicas que se hiciera realidad. Y, yo me pregunto ¿cuántas puertas dejamos de abrir por el miedo a avanzar? Es cierto una cosa: Nos pasamos la vida esperando a que pase algo y lo único que pasa, es la vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario