Pero además, le he visto serio, es él mismo y en serio que se puede escribir en un poema. Por eso, eso que me cuentas de que "miralé como bebe las cervezas y como se revuelve sobre las baldosas, y que fácil parece a veces enamorarse".
Todo eso de que él puede llegar a ser ese motivo único de seguir vivo y a la mierda con la autodestrucción. Todo eso de que los besos de ciertas bocas saben mejor, es un cuento imaginario desde que me dio dos besos y me dijo su nombre, pero no sabes lo que es caer de un precipicio y que él aparezca de golpe y de frente para decirte que "vive tus experiencias, y luego me cuentas". No sabes que es despertarte y que él se retuerce y bostece, y luego no sepas como deshacerte de todo el mundo. Así que supondrás que yo sea la primera que entienda, que pierda la cabeza por su mirada y el sentido por sus palabras.
Que las suspicacias, los disimulos, las incomodidades de orgullo que pueda provocarte son algo con lo que ya cuento. Quiero decir que a mí de versos, no me tienes que decir nada, que hace tiempo que escribo los míos.
Que yo también le veo, que cuando él cruza por debajo del cielo, solo el tonto mira el cielo. Que sé como agacha la cabeza, levanta la mirada y muerde el labio superior. Que conozco su voz en formato susurro, en formato gemido, en formato secreto. Que sé sus cicatrices y el sitio en que las tienes que tocar en el este de su pie izquierdo para conseguir que se ría.Y me sé lo de su rodilla, si la forma de rozar las cuerdas de su guitarra, que yo también he memorizado su número de teléfono, pero también el número de sus escalones y el número que afina las cuerdas antes de andarse por bulerías.
Y no sólo conozco su última pesadilla, también las anteriores y sé que no tengo narices para decirle que no a nada. Porque tengo más deudas con su espalda de las que nadie tendra jamás con la Luna. Mira que tontos enamorados está el mundo...
Que sé la cara que pone cuando se deja ser totalmente él. Rendido a ese milagro que supone que exista. Que le he visto volar por encima de poetas que valía muchos más que estos deudos.
Que le he visto formar un charco de arena rompiendo todos los relojes que le puse en su camino. Le he visto hacer competencia a cualquier amanecer por la ventana. ¡Pero no me hablen de paisajes si no han visto sus ojos!
Que solo a los sueños pueden posarse sobre las cinco letras de su nombre. Que te entiendo, que yo siempre escribo sobre lo mismo, que razones tenemos todos... pero yo, muchas más que vosotros.
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