lunes, 29 de agosto de 2011

Me quedo con aquel olor de rosas mojadas en agua.

Desviaste la mirada y te dejaste escapar. Tu cuerpo se fue y me quedé sola oliendo como las rosas eran de plástico, pero no marchitaban, ya que volverías de nuevo. Al lado de mi cama, te extraña la almohada y yo sé que la sábana te extraña, cariño. Haces la espera interminable y creas un estado de frustración que solo haces que mi cabeza dé vueltas y más vueltas. El caminar hacia el pasillo de mi habitación se hace interminable y no entiende el por qué te has ido, me encanta que te vayas, pero odio que te alejes de mi, de mi vida, de mi corazón. Yo sé que te extraño, como la última vez que te vi, pero eso no quita el que no te eche de menos... Porque todavía huelo aquel olor de rosas mojadas en agua.

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